"Estamos expectantes y esperamos la señal de ella. Nosotros ya hicimos todo lo que había que hacer", dicen cerca de Domínguez. Todos esperan la llamada de Olivos.
Mantenemos la esperanza de que la ciudadanía sepa leer este bochornoso episodio de la historia que será escrito en letra de molde, como una increíble pesadilla de la república.
No se pueden arrojar por las ventanas de la Casa Rosada doscientos años de libertad, democracia y cultura cívica, como se hizo con el monumento a Cristóbal Colón, por el capricho real de Cristina Fernández de Kirchner.
Las elecciones de este año son el último bastión que tiene el pueblo para preservar la tradición política y cultural del país.