“El 9 de septiembre decíamos en nuestro artículo “Dios habla desde Tucumán” que en 1955 Córdoba fue a nuestra República por el imperio de las armas, como en 2015 Tucumán lo será por el imperio de los votos.
La manifestación valiente, patriótica, democrática y pacífica del Pueblo tucumano defendiendo su derecho al voto y combatiendo el fraude del oficialismo, que se repitió durante varios días, a pesar de la salvaje represión de la policía montada., era el presagio de un hecho histórico próximo a producirse
La homilía del padre Miguel Alderete Garrido en la Basílica de San José de Flores que hemos incluído en dicho artículo, fue una brillante invocación que con toda seguridad quedará registrada en los anales de nuestra historia de la lucha por la libertad y por la república.. Fue pronunciada en momentos cruciales y cercanos al aniversario del Bicentenario de la Independencia Argentina.
Esa voz resuena en nuestros oídos como como lo fue la Marcha de la Revolución Libertadora cantada en los sótanos de Nuestra Señora del Socorro. "En lo alto la mirada Luchemos por la Patria redimida El arma sobre el brazo La voz de la esperanza."
A las 11 de la mañana de un día del año 1956 se ofreció una misa en la basílica del Pilar. En la homilía, el sacerdote reflexionó sobre la libertad y de qué males debe liberarse el pueblo argentino: la esclavitud de la droga, la coima, el soborno.
Los males y los vicios se acrecentaron y luego de sesenta años volvemos a escuchar de un sacerdote idénticas reflexiones que nos llaman a la lucha civil para defender a nuestras instituciones, a nuestras familias y a la sociedad de un poder omnímodo que nos lleva a la corrupción, al narcotráfico y a la negación de la democracia.
Tucumán cumplió. Y en las elecciones del 25 de octubre el heroico comportamiento del pueblo tucumano posibilitó el desarrollo normal del acto eleccionario y dio la oportunidad a la ciudadanía de expresar libremente su voto que, en definitiva, fue un rechazo a la política opresora,corrupta y fraudulenta del gobierno.
Habrá un balotagge el 22 de noviembre, pero están dadas las condiciones para rompre el yugo cristinista y respirar a grandes bocanadas el aire de la libertad y la decencia.
Si tal fuera el resultado, existirá el sagrado compromiso para todos los argentinos de bien para concurrir física o virtualmente en patriótica avalancha a la celebración del bicentenario de la independencia argentina, el 9 de julio de 2016, frente a la casa de su declaración en la histórica y querida ciudad de San Miguel de Tucumán.
Es inexcusable mi compromiso de traer a colación la desafortunada intención de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, manifestada el 25 de mayo, de ignorar o desconocer esta gloriosa efemérides, imponiendo como agregado el festejo de una nueva independencia en la fecha en que asumió la presidencia su difunto esposo Néstor Kirchner.
Éste, como muchos otros episodios de revisión histórica y encumbramiento profano, pretendidos por la monarquía patagónica ,serán convertidos en aberrantes despojos en la próxima democracia argentina que asoma desde Tucumán.