lunes, 30 de noviembre de 2015
EL MINISTRO LINO BARAÑAO
En la orquestada designación del gabinete , se escucha una nota discordante y es la del ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao. No se le puede discutir su idoneidad para el cargo, dadas sus excelentes condiciones demostradas en labores y actuaciones anteriores. Pero en el aspecto político suena como un acorde desafinado en lo que refiere a la entereza, dignidad y franqueza que se requiere para un cargo político de envergadura.
El sinuoso comportamiento observado en los entretelones de su designación no condice con las virtudes exigidas que fueron comentadas en el párrafo anterior. Fue clara su afirmación de que aceptó el nombramiento al consultar con Cristina, que se lo permitió bajo condiciones Fue clara la afirmación de la Presidente de que si no le otorgaba su venia monárquica, su caballero no hubiera aceptado. Sin ánimos de ofender al recientemente designado ministro es indudable que una postura de esta naturaleza puede evidenciar cierto grado de obsecuencia y subordinación de un alcance nada deseable, pues queda la incógnita de saber si el ministro va a seguir las indicaciones del presidente electo o si previamente requerirá la opinión de su protectora.
Mayor aún es la preocupación cuando tenemos presentes los casos de todos los subordinados a la jefa, incluyendo gobernadores, senadores y diputados que se han mostrado obedientes hasta la humillación, como el reciente candidato derrotado a la presidencia, Daniel Scioli , vapuleado, agraviado e ignorado por Cristina desde su cargo de Vicepresidente hasta el actual como gobernador de la provincia de Buenos Aires.
En una de sus últimas declaraciones Barañao dijo que la plataforma de Cambiemos no se aparta demasiado de los objetivos que ya están en curso. Equivale a decir que algo se aparta, en cuyo caso no sabemos si su decisión será modificar el curso previsto para amoldarlo al relato, o si seguirá el lineamiento de Cambiemos, ¿Tendrá que consultarlo con ella?
Luego agregó que lo que lo motivó a seguir, es la posibilidad de que mucha gente se fuera. ¿Habrá querido decir que a mucha gente la fueran?
¿Querrá proteger a los “camporistas técnicos” ingresados en el sector , accediendo a las condiciones impuestas por la Presidenta?
A continuación éstas fueron sus palabras: “En el pasado se miraba a la ciencia como un premio consuelo para alguien al que no se sabía dónde ubicar y ahora concita la atención de dos presidentes”. No sabemos a qué pasado se refiere y si la comparación es válida, pero no es muy feliz su concepto sobre la consideración de la ciencia en el pasado. Si la memoria no me engaña, creo que hubo un buen cultivo de la ciencia como lo demuestra la cantidad de científicos y técnicos de valía con que contó nuestro país “en el pasado” que menciona.
Finalmente, estimo que no ha confundido los sistemas de gobierno cuando expresa: “Yo creo firmemente en pasar a un sistema más parlamentario, como existe, por ejemplo, en los Estados Unidos, donde el director de los Institutos Nacionales de Salud se dirige al Parlamento y dice en qué enfermedades hay que invertir”.
Es sabido que toda orquesta necesita de un director. Pero también de los servicios de un buen afinador. A buen entendedor…