En su
discurso del 30 aniversario del juicio a los miembros de la Junta Militar, en
la Facultad de Derecho, el señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia
afirmó y garantizó que los juicios y procesos por delitos de lesa humanidad
continuarán y se seguirán abriendo nuevos juicios por denuncias y acusaciones.
Al
reflexionar del por qué de esas declaraciones, no tuve respuesta pues mi esperanza
radicaba en la revisión de los juicios , conforme a lo establecido por la
Constitución y las leyes penales. Evidentemente no esperaba amnistía ni perdón,
sólo que terminaran los “tribunales especiales” ordenados y manejados por los
Kirchner y aceptados, dolosa y mansamente por el Poder Judicial , y se efectuara,caso
por caso, un seguimiento respecto a la
legitimidad de los mismos, por otra parte cuestionada por eminentes penalistas
del país y del extranjero.
Pero algo
quedó flotando en mi mente. El ilustre
magistrado se refirió a los juicios de lesa humanidad, pero nada dijo de los
juicios civiles, comerciales, penales y de jubilados. ¿Serán invalidados, se archivarán, se cajonearán , prescribirán de oficio, serán
destruídos o continuarán su doloroso y larguísimo camino en procura de
una justicia “legítima” en manos de la inefable Gils Carbó?
El señor
presidente electo Mauricio Macri, por quien hemos votado con fe y esperanza, se refirió a los presos
políticos en Venezuela, condenando la persecución vengativa por parte del
gobierno. ¿Pensará lo mismo de los presos políticos argentinos cuyo juzgamiento
dista mucho de ser ajustado a derecho?
Dejo estos interrogantes aquí expresados y tipeados gracias al avance tecnológico, que nos permite suplir cada vez con mayor eficacia el ominoso silencio de los medios, que impide su difusión.