Estimado Presidente:
El 23 de febrero le envié una carta
abierta, con copia a la Jefatura de Gabinete, bien explícita y respetuosa, con
referencia a la situación de cientos de
jubilados mayores de 90 años que vienen siendo engañados
desde hace muchos años en el trámite de sus juicios de reajustes de haberes, al no efectivizarse el pago de las sentencias ordenado por los jueces de
las causas.
Ninguna respuesta he recibido, a pesar
de los razonables argumentos invocados, que sería ocioso repetirlos,.
La intención que usted debe ver
reflejada en dicha carta, no es sólo una necesidad angustiosa de que se
escuchen los justos reclamos en busca de una humana solución a los mismos, sino
una sincera colaboración a su gestión frente a los nuevos tiempos que, felizmente
gracias a su consagración como presidente, estamos enfrentando.
Me atrevo a dirigirme a Usted con la
confianza que me merece su personalidad de hombre de bien, francamente intencionado
a terminar con un largo proceso de
demencia y corrupción que llevó a nuestro país a un paso de una hecatombe
total.
En esa confesada ubicación, me atrevo a preguntarle:
-¿Tomó conocimiento, directa o
indirectamente de mi carta?
-¿Sabía que es totalmente falso el
pago de las sentencias?
-¿Está al tanto de que la publicitada
Reparación Histórica es una extorsión que reviste mayor gravedad por ser del
Gobierno?
-¿Nadie le ha informado que la
respuesta de ANSES a nuestras consultas es una explícita extorsión? Nos dicen:
“Ud. aún no recibió una propuesta de “Reparación
Histórica” porque continuamos analizando su caso. En la primera semana de abril
nos estaremos comunicando con Ud. para indicarle como prosigue el trámite y la
fecha estimada en la cual estará resuelto. Recuerde tener actualizados sus
datos para poder aceptar el acuerdo de “Reparación Histórica”, una vez que
ANSES le efectúe la propuesta.”
La propuesta consiste señor
Presidente en una quita porcentual que llega al 50% de lo ordenado por la
justicia.
En mi caso, luego de una sentencia de
la Corte Suprema de Justicia de julio de 1997, luego de 20 años de burocráticas
y perversas obstaculaciones, ¿necesitan unos días más para analizar mi caso? ¿Y
hacerme una propuesta, cuando la majestad de la ley y el máximo tribunal ordenan
el pago de la sentencia?
-¿Le acercaron a Usted semejante resolución para un ser humano de 93 años que queda descartado de la justicia y de la cacareada asistencia social? No,
señor Presidente, a Usted lo engañan con lo que llaman “políticamente correcto”
y que para mí es“definitivamente inhumano”
¿Llegará a su conocimiento, se lo
llevarán, se lo soplarán al oído, se lo ocultarán, lo harán partícipe de la
extorsión a un anciano? Estoy ansioso
por conocer una respuesta a estos
interrogantes quizá “políticamente incorrectos”.
Lo saludo con el merecido respeto y el aprecio que le tengo,
Silvio Pizarro
(Mis datos ya los tiene)