Coincidiendo con una publicación de La Nación de hace justo dos años, el 23 de abril de 2015, y el artículo de misma fecha en mi blog “Habla la experiencia,” referidos al organismo Anses, hoy, el mismo diario y mi blog, casualmente vuelven a referirse al tema. Es tan admirable esta coincidencia, no sólo en sus términos y en sus argumentos, sino en su actualidad, pese al tiempo transcurrido, que me permito su reproducción.
jueves, 23 de abril de 2015
CARTA ABIERTA A LA SOCIEDAD ARGENTINA
Hoy 23 de abril de 2015 el diario La Nación publica en su principal editorial un artículo bajo el siguiente titular "CONTINÚA EL SAQUEO DE LOS FONDOS JUBILATORIOS" que viene a resumir y a resaltar conceptos vertidos frecuentemente en este espacio "Habla la experiencia".
Al decir que el Gobierno sigue financiando el gasto desmedido con el dinero de la Anses, comprometiendo así el presente y el futuro de los jubilados no hace más que emitir un alerta que hace más de un año es objeto de nuestras denuncias y que por dicho motivo exigíamos y continuamos exigiendo la inmediata intervención de la Anses, ya que es necesario terminar con el genocidio a la clase pasiva, a mi entender el mayor crimen de lesa humanidad cometido por este gobierno.
Todos los que siguen este blog tienen conocimiento de nuestro pedido que ya es un ultimatum para que se proceda a la intervención de la Anses, dado el peligro de la quiebra de su caja que provocaría el derrumbe dela clase pasiva. Lo venimos intuyendo, pero la Auditoría General de la Nación lo manifiesta claramente en duros términos censurando aspectos centrales vinculados a la sustentabilidad del régimen previsional en una perspectiva de mediano y largo plazo. Ha cuestionado la utilización de fondos de la Anses para otros destinos ajenos al sistema previsional, incluyendo gastos corrientes del Estado nacional. Asimismo, la actitud contumaz del Estado frente a los reclamos reiterados de actualización de los haberes, a pesar de los fallos condenatorios y compromisos internacionales de no apelar las sentencias, ha incrementado de manera exponencial la litigiosidad del Estado en detrimento de los legítimos beneficiarios del sistema.
Se produce en forma notoria la descapitalización de este patrimonio público, asignado por ley en forma exclusiva y excluyente al sistema de la seguridad social, y que comprometen gravemente su solvencia futura.
Me pregunto para qué existe un organismo cuyas auditorías son desoídas o archivadas por órdenes emanadas de la Casa Rosada.
Dice el editorial, mientras tanto, el titular de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), Diego Bossio, hace profusa propaganda en su campaña como precandidato a gobernador bonaerense por el Frente para la Victoria, basándose en su gestión. En otro país, esto sería un argumento para no confiarle el voto. No le importa a Bossio que, para cubrir "deficiencias estacionales de caja", el Gobierno ha renovado un préstamo de 5000 millones de pesos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.
Esto último es reciente y se agrega a la información del Ministerio de Economía, la semana pasada, en que difundió el negativo resultado fiscal de enero, que arrojó un déficit primario de $ 1457,4 millones, pese al fuerte aporte de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) al Tesoro nacional. El aporte de Anses fue de $ 2.942 millones en el año 2014 y de $4.387 millones en este año.
En la actualidad, de los 450.000 millones de pesos del FGS de la Anses, nada menos que el 65 por ciento son papeles del Gobierno -Letras y Bonos- que deben renovarse debido al creciente déficit del Tesoro que es financiado contrayendo más deuda.
Esta defraudación del Poder Ejecutivo a la clase pasiva, además de constituir un acto ilícito, lleva el sello de inmoral, pues afecta a los mayores indefensos.
Sufrimos el maltrato y la desconsideración del Gobierno porque ya estamos en el período de la vejez, no somos útiles a sus propósitos, no tenemos fuerzas, no podemos obviamente hacer huelgas, no tenemos otros recursos que puedan ayudarnos a llamar la atención de una sociedad sorda y egoísta.
Los años que hemos trabajado para el engrandecimiento del país, aportando además, de nuestros haberes, el dinero necesario para asegurar nuestra vejez, la experiencia ganada que nos da bondad y sabiduría, todo es vilmente despreciado por una generación ambiciosa y corrupta. Es la triste verdad que venimos afrontando.
El ciudadano, al momento de jubilarse, es defraudado deliberadamente, al efectuarse una liquidación menor a lo que corresponde por ley. No tiene otra opción que iniciar por via judicial una acción tendiente a obtener el reajuste de sus haberes. Así ingresa a la dolorosa cofradía delos jubilados. Y así también comienza el via crucis de más de 15 “estaciones”. Los juicios se demoran, se paralizan, se obstruyen maliciosamente, se apelan cuando existe un compromiso internacional de no hacerlo, se desoyen las sentencias judiciales, incluso de la Corte Suprema y no se pagan las sentencias.
Reconforta leer un editorial que defiende nuestros derechos, pero entendemos que ello no basta. El periodismo, todos los medios, no deben solamente difundir esta verdadera tragedia, están obligados dentro de la sociedad a "exigir" la adopción de medidas extremas como la intervención inmediata de un organismo corrupto que, traicionando su función previsional, se ha transformado en un agente financiero del Estado.
Asumimos plenamente el agobio de una ciudadanía sometida a una infinidad de gravísimos problemas, en vísperas de elecciones. A los males conocidos, se agregan encolumnados la muerte dudosa de un fiscal que solicitaba la investigación de encubrimiento a la Presidente y a su Canciller, las trabas que torpemente interponen magistrados de la denominada Justicia Legítima para lograr la impunidad de los funcionarios, el abierto ataque del Poder Ejecutivo al Judicial para someterlo a su voluntad y todos los demás aspectos ligados a la seguridad, al narcotráfico, a la indigencia.
Todo ello no es obstáculo para que le endilguemos a la sociedad su indolencia y desinterés, por no decir su culpabilidad, en haber abandonado la protección de sus mayores.
El Papa Francisco ha dicho que Los ancianos son el tesoro de la sociedad.
"Un pueblo que no respeta a los abuelos es un pueblo sin memoria y por tanto sin futuro"
Levantemos un clamor popular en todo el territorio nacional, para que se ordene sin más trámite la intervención y saneamiento de la Anses.