La conducción nacional de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) a cargo de Hugo Godoy convocó para mañana a un paro general en todo el país en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ante "la dolorosa demostración de impotencia evidenciada en el suicidio del jubilado Oscar Estivill en la UDAI del organismo marplatense".
Cuando se
toman medidas de esta naturaleza, buscando réditos de la traumática muerte de
un anciano, sin reparar siquiera en que los motivos que se invocan son
totalmente ajenos al doloroso hecho, caemos en la cuenta de que los opositores
al gobierno recurren a manotazos desesperados e irrazonables, muy propios de una caída irrefrenable al
abismo.
Tan político es el carácter del paro dispuesto, que una de las razones dadas por el gremio es que "fue el suicidio de un adulto mayor jaqueado por un sistema perverso de opresión y generado por acciones insensibles e inhumanas del gobierno nacional"
Esta vez los noticieros televisivos, apremiados por las verdaderas circunstancias del caso, debieron informar que las causas del suicidio eran ajenas a su situación de jubilado, pues así lo expresaron miembros de su familia.
Este lamentable aprovechamiento de la muerte de un anciano, resalta aún más la insólita medida cuando no recordamos ningún paro o huelga realizado por gremio o sindicato alguno en protesta por los angustiosos problemas que viene sufriendo la clase pasiva a través de los mandatos kirchneristas y los agravios e insultos de que fueron víctimas por la propia ex presidente, en muchas oportunidades.
Tampoco mostraron inquietud por las malversaciones, desfalcos, jubilaciones truchas otorgadas por millares a extranjeros con fines electorales, subvenciones ilegítimas, saqueos continuos a la caja y otros delitos que jamás fueron investigados por ninguno de los dos gobiernos.
Para la totalidad de los jubilados, Anses estuvo siempre de huelga, con las honrosas excepciones de los momentos en que debía formular apelaciones, obstaculizar o extraviar expedientes, negar recursos y todo acto administrativo contrario a los intereses de los pobres y eternizados litigantes que morían esperando, sin necesidad de suicidarse.
Los señores gremialistas no solamente cometieron un papelón por todos criticado, sino que no advirtieron la ineficacia e inutilidad que supone el paro de una institución que nunca trabaja.
¿Serían capaces de alentar una huelga o paro con la finalidad de que Anses pague lo que debe desde hace varios años a los ancianos que tienen sentencia firme a su favor en sus juicios por reajuste de haberes?
Atacan ciegamente al gobierno que trata de apagar a puros soplidos el pavoroso incendio de la corrupción que ustedes coadyudaron a encender, y guardaron un ominoso silencio frente al robo de los bienes del estado y del pueblo, realizado frente a sus ojos con la impunidad más grande de la historia. Lo saben y lo callan, ¡no es así? Anhelan volver a recibir las migajas que les arrojaban y muy felices por no trabajar. Todo era tocar el bombo, marchar en murgas repletas de banderines. deglutir choripanes al rolete y cobrar la migajas que mencionaba anteriormente por la asistencia "voluntaria" a las manifestaciones populistas.
Finalmente, están temblando por la cercanía de las elecciones ya que son militantes fanáticos, violentos y ruidosos, pero no son tontos. Piensen simplemente, con la mayor concentración posible, que el pueblo, manso y de buenas entendederas, está harto de bombos, piquetes, cortes, agravios, injurias, mentiras y no quiere volver al pasado, con la frente marchita, como dice el tango.