miércoles, 26 de agosto de 2020

COINCIDENCIAS K

  La Oficina Anticorrupción le solicitó al presidente Alberto Fernández informes sobre quiénes habían sido sus clientes tres meses antes de su mandato y éste no se los envió.

El pasado 19 de febrero un dictamen firmado por el titular de la OA, Félix Crous, le recomendó al Presidente, además, que renunciara a su mandato como titular de la firma Inmueble Callao 1960 SA y que se tomara licencia como profesor en la Universidad de Buenos Aires, ya que el ejercicio en simultáneo de los dos cargos, incumple la Constitución, pero Fernández también rechazó ese pedido del organismo.

Resulta extraño que recién ahora trasciendan estos hechos que tomaron vigencia en febrero y marzo de este año.

Las casualidades llueven como maná, del cielo kirchnerista. También llueven numerosas contradicciones, cuarentenas y DNUs. Su socia desobedece mandatos de los jueces y sigue el derrotero populista, primo hermano del comunismo. 

Nos quieren hacer creer que son los frutos de una política correcta que se nos pasa por alto. Pero lejos están de advertir la hecatombe que se les viene encima, causada por ellos mismos al tirar demasiado seguido la cadena del inodoro (junto al calefón) donde afloran las inmundicias que no pueden ocultar.

Fernández tuvo relación en su actividad privada con empresas del Grupo Indalo, de Cristóbal López, a quien beneficiaron con la impunidad por la nueva moratoria aprobada en el Congreso. ¡Qué casualidad!

El diputado de la Coalición Cívica Juan Manuel López, que solicitó la intervención de la OA, afirmó que se le dio al mandatario la "oportunidad de ser transparente y no la aceptó". Pidale a un vidrio la transparencia diputado, pero nunca se lo pida a un adoquín.

Nos queda por preguntar si la lluvia amainará o se acrecentará, manejada desde el Instituto Patria.