sábado, 19 de septiembre de 2020

LA GRAN MARCHA DE LA LIBERTAD

 Lo recordaremos como un acto gigantesco, la epopeya de un pueblo valiente, culto, patriota, que salió pacíficamente a defender la libertad, la justicia y la república amenazada por un autoritarismo salvaje, planeado cobardemente como una venganza sin límites guiada por el ansia de poder absoluto de una persona, que no reparó en el despiadado atropello a la vida, a la libertad, a la justicia, a la moral. a la educación y a las instituciones.

Esa persona sometió al país con una satánica división de la sociedad en pedazos, partiendo sus gremios, sus partidos políticos, su clase media, pobre, indigente, militares, educandos, jueces, fiscales, peronistas, justicialistas, radicales, religiosos, periodistas, artistas. Si algo le faltaba, lo consiguió. Finalmente también logró la fractura de la sociedad judía en la Argentina.

El repudio pacífico de la ciudadanía al insano autoritarismo del gobierno, se expresó en todas las redes sociales que convocaron a estas espléndidas marchas a lo largo y ancho de todo el territorio. No fueron transportados en micros y buses contratados, ni recibieron retribución paga por su presencia; todos lo hicieron por sus propios medios.
No produjeron molestias ni destrozos, no atacaron templos de ninguna religión y solamente vimos flamear la bandera azul y blanca llevada en sus propias manos con el respeto y el orgullo de “gente de bien.”

Dios nos ayude para que esta magnífica marcha de la ciudadanía nos conduzca al fin deseado, que no es otro que la reivindicación de la república democrática en nobles manos.