Lo recordaremos como un acto gigantesco, la epopeya de un pueblo valiente, culto, patriota, que salió pacíficamente a defender la libertad, la justicia y la república amenazada por un autoritarismo salvaje, planeado cobardemente como una venganza sin límites guiada por el ansia de poder absoluto de una persona, que no reparó en el despiadado atropello a la vida, a la libertad, a la justicia, a la moral. a la educación y a las instituciones.
Esa persona sometió al país con una satánica división de la sociedad en pedazos, partiendo sus gremios, sus partidos políticos, su clase media, pobre, indigente, militares, educandos, jueces, fiscales, peronistas, justicialistas, radicales, religiosos, periodistas, artistas. Si algo le faltaba, lo consiguió. Finalmente también logró la fractura de la sociedad judía en la Argentina.