Como de costumbre, el destacado periodista de la Nación, Héctor M. Guyot escribe con singular crudeza el momento histórico de la descomposición de un país por la corrupción de sus gobernantes. Un comentario lacerante de una triste realidad.
Ya no hay esperanza, porque es tan enorme el ansia de poder absoluto de una persona, que no se reparó en el despiadado atropello a la vida, a la libertad, a la justicia, a la moral. a la educación, a las instituciones.
La Argentina se arrastra en los últimos lugares entre las naciones de un mundo civilizado que nos contempla con horror. Ver link:
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