En el artículo de ayer hablamos de la gigantesca discrepancia entre Alberto Fernández y Cristina, con respecto a Perón, y analizábamos las analogías observadas durante las presidencias de Perón y Cristina Kirchner, de una sorprendente similitud.
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Sobre este particular se hace necesario agregar algo más que viene a completar el panorama.
A pesar de la condena por falta gravísima sufrida por Perón, por la cual se lo denigró y se lo declaró incompatible con el honor de la institución armada, prohibición de que ostente el título del grado y del uniforme, volvió al país en 1973 para participar en la elecciones y ser consagrado Presidente de la Nación Argentina.
A pesar de ser procesada en diez causas por el delito de corrupción y enriquecimiento ilegítimo Cristina Kirchner que ya fuera dos veces presidente se presentó en las elecciones del año pasado, sin ninguna oposición y fue electa vicepresidente.
En este país de revés y reveses corre el agua bendita de la impunidad, algo tan natural como un arte argentino proclamado a la faz de la tierra.
Así como el mundo rinde culto al arte de la pintura, de la escultura, de la música, de la literatura, de la danza y la poesía, aquí se rinde culto a la impunidad.
" No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la la lira
Podrá no haber justicia pero siempre
existirá la total impunidad."