La alcaldesa del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera en España, Carmen Flores, en insólito arranque de odio y resentimiento, propio de un fanático comunista, mandó desenterrar una gran Cruz de madera erigida en su comuna, para arrojarla en un lugar de desperdicios.
Conocedor de esa profana acción que me fue informada por un dolorido ciudadano y a pedido de los pobladores le envié un mail, en los siguientes términos:
Señora Alcaldesa:
Desde Córdoba Argentina le pregunto a la Alcalde: ¿Qué resentimiento la azota?
¿Dónde quedaron la educación y las buenas costumbres?
Usted profana la cruz, el símbolo sagrado para los cristianos.
¿Qué odio la embarga para realizar una acción inexplicable?
La saluda atentamente, un cristiano,
Silvio Pizarro
Posteriormente, se me informa que lejos de mostrar arrepentimiento ante tamaña acción, persistió en el ataque e insultos a los cristianos y mantuvo su histérica y fanática decisión. a pesar de la enorme cantidad de peticiones y críticas recibidas para reponer la cruz en su lugar original.
Este artículo escrito con el propósito de difundir los vaivenes de la política gubernamental, partidaria y personal, cuando lleva a situaciones de extremo fanatismo, muy lejos de los preceptos de la democracia, del respeto y de la dignidad del funcionario gobernante, tiene un extraño final que a muchos los sorprenderá y que pasamos a relatar.
El monumento recordatorio fue erigido en el año 1980 por una propuesta que llevó al pleno el concejal socialista Navarro León. ¡Y fue aprobada por unanimidad por el Partido Comunista, UCD, PSOE y PSA!
En el acta de publicación se lee:
"En memoria de los caídos en la Guerra Civil española 1936-1939".
Y específicamente:
"El recuerdo de todos los que murieron en la Guerra Civil española debe perdurar, ya que en aquella contienda cada uno defendía los ideales de los que estaba poseído".
¡ Y en ella figura la firma de Carmen Flores!
Tenemos un caso parecido representado por la ex Presidente Cristina Kirchner que en otro momento de histérico arranque, dio la orden de bajar con violencia la estatua de Cristóbal Colón, provocando su parcial destrucción.
Lo que llevó varios años de discusiones, planos y aprobaciones, para levantar el monumento al gran navegante, preparado y costeado por la colonia italiana del país, se destruyó en minutos por el chasquido de unos dedos que hoy también se hacen sentir.
A ustedes estimados lectores, los dejo pensando.