El kirchnerismo ha venido enarbolando la bandera de los Derechos Humano en sus doce años de gobierno, simplemenente como un procedimiento proselitista pero ignorando su verdadero significado. Su aplicación ha sido discriminatoria, derechos para unos, negados para otros.
Los delitos de lesa humanidad son aplicados a los militares que combatieron a los terroristas, pero no lo son para los sanguinarios hechos criminales por ellos cometidos
Es evidente que el Gobierno no entiende o no quiere entender que los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna.
La explotación de los derechos humanos fue inicua, rodeada de un falso relato que siempre inclinó la balanza de la justicia a favor de los terroristas al extremo de que se les adjudicó una asignación mensual como premio a sus crímenes.
Mientras, hay militares detenidos sin sentencia, en fétidas cárceles sin atención médica, en su casi totalidad ancianos de más de 70 años y el gobierno continúa enarbolando la bandera de los derechos humanos, a pesar de las recomendaciones llegadas de organismos internacionales, advertidos por los familiares de los presos políticos.
Esos sagrados derechos no rigen para los niños que mueren por desnutrición, en la indigencia total ni para los ancianos descartados de la sociedad y castigados con injustas remuneraciones jubilatorias y un cruel tratamiento, donde la clase pasiva es agraviada con el apodo presidencial de caranchos.
Estas consideraciones fueron expuestas en los siguientes artículos de nuestro blog. Los Derechos Humanos (I) y (2) – El Placer de la Venganza (I), (II), (III), (IV), (V), y (VI). y La Escuelita de Manchalá. Los traigo a colación para ejemplificar un caso de desconocimiento del tema por parte precisamente del Secretario de Derechos Humanos de la Provincia del Chaco.
El grave problema de la desnutrición infantil en el país, especialmente en el Chaco, actualizada recientemente por la muerte de un niño de 14 años y un peso de 11 kilos, ha sido sistemáticamente negado por las autoridades oficialistas, temerosas de que su amplia difusión pueda incidir en los próximos actos electorales. En defensa de la responsabilidad oficialista, puesta de manifiesto por las fuerzas vivas del país, el funcionario de dicha Secretaría, Juan Carlos Goya, tuvo la imprudencia, agravada por el cargo que representa, de expresar: “Los chaqueños pobres comen de los contenedores porque es una costumbre cultural, como si les agradara.” La situación de las comunidades indígenas y el reciente caso citado (que se suma a casos anteriores) eran temas inconvenientes que se quisieron refutar con ridículos argumentos. No sabíamos que los habitantes del territorio practicaban el masoquismo, como se deduce de las inoportunas palabras.
Fue desmentido por la intendente de Resistencia Aída Ayala quien manifestó que la pobreza es una realidad y que el índice del 8% del gobierno es mentiroso, pues la iglesia lo mantiene en un 40%.
En definitiva, ¿Qué concepto tiene el kirchnerismo sobre los Derechos Humanos? Habrá que explicarle que el derecho a la alimentación, el derecho a la salud, en suma que el derecho a la vida misma, son derechos humanos que su secretario del ostentoso título contradice con argumentos culturales muy propios de los filósofos de Carta Abierta.
¿Acaso el Gobierno tiene conocimiento de que la absoluta negación de los derechos a los jubilados por parte de Anses y el Pami, es una flagrante e inhumana burla a los Derechos Humanos?
Será suficiente con que el gobierno kirchnerista abandone sus banderas mentirosas y se dedique solamente a respetar la Constitución Nacional, las leyes vigentes, al Poder Judicial y a los derechos individuales de todos sus habitantes, muy especialmente en estos momentos. el sagrado derecho al voto ciudadano.