En los
programas políticos de TN anoche 4 de mayo, Juego Limpio y Código Político se
pudo apreciar la pobreza intelectual de que gozan los responsables de su
transmisión. Los espacios dedicados a la repercusión del fallo de la Corte
denotaron una carencia lamentable de los conocimientos necesarios para un
tratamiento competente de un caso jurídico de importancia.
El primero,
Nelson Castro, se refirió al mismo con una crítica inesperada por su contenido.
Expresó textualmente: “debemos marcar (un verbo que utiliza permanentemente) que el fallo de la Corte fue sorpresivo ¿? y absolutamente malo, es un
retroceso. Los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles e indudablemente
quedan afuera para beneficiar al procesado”, esto último con la autoridad de un
prestigioso tratadista de Derecho Penal.
El segundo.
Código Político, puso el tema en el tapete con una breve exposición de un
minuto y medio respecto a la repercusión que tuvo la decisión del alto
tribunal. Pero lo curioso resultó que las cinco o seis opiniones escogidas en
el segmento, fueran todas desfavorables y recogidas de fuentes políticas,
militantes y asociaciones similares que poco podían aportar al conocimiento del
televidente. Se descartaron las opiniones favorables de entendidos en la
materia, necesarias para la comprensión integral del asunto en discusión.
En el
periodismo escrito la evaluación que hacemos no es menor, ya que la mayoría de
los artículos que leemos se refieren a las críticas desfavorables del fallo, en
bocas de personas de buena fe pero de carencia de autoridad para rebatir una
decisión del máximo tribunal. Se cita al ministro de Justicia que se contradice
cuando por un lado afirma respetar y no criticar el fallo, y por el otro lado
lo califica como “uno de los peores engendros.” Como frutilla al postre, agregó
esta errónea observación: “no es justo que se aplique la ley del “2x1” a
cualquier condenado.” Extraña por su carácter de abogado.
Nos informan la posición desfavorable del presidente Macri, ya que le ordenó a su
ministro de Justicia marcar ante la prensa una postura oficial dura para evitar
el costo político de quedar asociados al fallo de la Corte y enfrentados a los
organismos de derechos humanos y a vastos sectores progresistas de la sociedad,
que podrían perjudicar al Gobierno, justo en un año electoral. Una muestra más
del miedo cetrino que le inspiran al gobierno las organizaciones de derechos
humanos.
No tiene
explicación valedera el hecho de que si tanto rechazo produce en el gobierno y
ciertos periodistas la vigencia del “2x1” que beneficia a los presos sin
sentencia, nunca lo exteriorizaron en los últimos años, para saltar ahora todos al
unísono porque se aplica a un militar acusado de delitos de lesa humanidad, que
fuera condenado a trece años de prisión. Qué duda cabe de que no priva el
sentido de una crítica generalizada a dicha ley, sino razones de orden político
ajenas al contexto del derecho en sí.
Tanto los
medios televisivos, como radiales y escritos se han mostrado reacios a brindar
una explicación comprensiva de la interpretación de los textos de las leyes y
su aplicación en los tribunales, como debía haberse realizado en este caso en
particular fallado por la Corte Suprema, en donde hallamos que sólo se trató de
la aplicación de una ley, conforme a derecho.
Se tuvo
presente que el Código Penal consagra el principio de la benignidad de la ley penal, que comporta la aplicación, en todos los casos, de la ley penal
permanente más favorable al acusado. Nótese que especifica, “en todos los casos.”
Esta última
información, aclaración o explicación resulta suficiente para mostrar la otra
cara de la moneda que se mantuvo oculta por los medios periodísticos.