Alguien siempre piensa como uno y en este caso lo agradezco y lo difundo. El artículo del reconocido jurista Alejandro Fargosi es un dechado de tantas verdades y lógicas conclusiones, que lo comparto y me permito recomendarlo.
"Casi ningún político poderoso menciona que la Constitución en su art.. 53 tiene un remedio ara terminar con situaciones desastrosas: el juicio político por mal desempeño o por delito cometido en ejercicio de funciones electivas.
La casta política no se ocupa de nosotros pero sí de ellos: dejando de lado escandalosos dispendios de nuestros cada vez mayores impuestos, el kirchnerismo postergó las elecciones, ayudado por parte de la oposición que le cree sus promesas y se engaña con “cláusulas cerrojo” pueriles e inconstitucionales. Estamos en institucionalidad cero, donde la negación de nuestras libertades, que no resiste el mínimo análisis de un estudiante de derecho constitucional, solo tiene como respuesta el silencio de los que siguen cobrando sus sueldos". .
La solución propuesta por Fargosi es la que exigimos a la "demorada" oposición en los dos últimos artículos del Blogspot "Habla la experiencia" en especial la Carta Abierta a la oposición, publicada el 31 de mayo.
Chocamos con las opiniones de muchos periodistas y comentaristas políticos, temerosos de que sea una excesiva medida, que se correría el riesgo de perder el juicio, argumentos otra vez dilatorios que no se atreven a ver la realidad que estamos afrontando con un oficialismo que atropella, se une, lucha por un populismo ajeno a la democracia y a nuestra Constitución para llegar a la suma del poder publico. a la impunidad de la vicepresidente y de la asociación ilícita creada para defraudar al Estado, en provecho propio, bajo lo que hoy constituye su lema de batalla: "Vamos por todo".
Aún cuando se pierda el juicio político, las acusaciones a la pareja presidencial, que tendría el derecho a la defensa, serían tan sólidas y contundentes como la apostasía del Presidente en sus declaraciones de apoyo a movimientos subversivos y su decisión personal de unir al país al bloque comunista, decimos, las acusaciones públicas tendrían una difusión nacional e internacional tan explosiva que provocaría la caída del gobierno. Se repetiría el dicho del diputado nacional Manuel Demetrio Pizarro en 1890: La revolución está vencida, pero el gobierno está muerto". Con la salvedad de que no sería en este caso revolución, sino juicio.