lunes, 27 de octubre de 2014

Los pilares de barro de las leyes progresistas.(no publicada septiembre 2014)

Señor Director:
                    
                     Sucede que las leyes igualitarias del populismo, que pretenden forzar la naturaleza, la realidad, la moral y el sentido común, están edificadas sobre pilares de barro. Anulan la competencia, el esfuerzo individual, el deseo de progreso y superación y la ambición propia del ser humano. Igualan hacia abajo, colocando a todos lejos de la posibilidad de sobresalir, mezclados en una masa informe que finalmente obedece ciegamente los dictados de los líderes de turno.
Hoy en día se produce la grotesca situación que un sujeto puede cambiar su sexo por voluntad propia, pero no su nacionalidad. Como un ejemplo al caso, Martín manifiesta que se siente mujer, que le gustan los hombres, la ropa femenina, los cosméticos, concurre al registro civil y sale Martina. Juan o Juanita manifiestan sentirse franceses, que adoran la cultura francesa, la torre Eiffel, la Alianza Francesa, Maurice Chevalier, Edith Piaf, la Marsellesa, pero no hay caso no pueden cambiar la nacionalidad por voluntad propia. Esto es lógico, lo anterior ilógico.
En el afán de seguir igualando, el progresismo quiere llegar a la abolición disimulada de las leyes penales. La jueza Federal María Servini de Cubría lo reconoce en su declaración "Se fueron dando más derechos humanos a los que cometen delitos".
La meta del populismo ""comunitario" comunista es la abolición de la propiedad privada y en ese camino van avanzando.
Es en definitiva la creación de un "nuevo orden internacional" propugnado por la Presidente en consonancia con las ideologías cubanas y venezolanas. Necesitamos leyes democráticas en pilares de cemento.