Señor Director:
La restitución del nieto 114 hace renacer una controversia que revela y confirma que para la òptica del gobierno, los derechos humanos rigen solamente para las víctimas de la dictadura.
El Banco Nacional de Datos Genéricos es un organismo autónomo y autárquico creado en 1987 por la ley 23.511. En el año 2009 pasó a funcionar bajo la jurisdicción del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva por ley 26.548.El periodista Martín Dinatale de La Nación en un comentario, hoy dice:
"La relación del BNDG con la Casa Rosada y Abuelas de Plaza de Mayo está plagada de acusaciones y una dura polémica por el intento oficial de traslado del banco del hospital Durand a la órbita del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Anteayer, la puja cobró dimensión internacional: la organización Human Rights Watch envió una carta a Cristina Kirchner para plantear su preocupación por el riesgo que podrían correr las 20.300 muestras de ADN que se quiere trasladar y por las severas limitaciones al derecho de identidad de aquellas personas que no pueden cotejar filiaciones si sus casos no están incluidos como delitos de lesa humanidad." Continúo:
Esta sí es una discriminación de lesa humanidad, ya que las personas víctimas de explotación sexual o reducidas a servidumbres, compradas y vendidas como hijos no pueden hacer uso del BNDG y deben recurrir a laboratorios privados a un desmesurado costo económico. La identidad de estas personas son para el Estado un objeto de comercio. Aquí vale recordar que la ley 26.548 y su reglamentación tuvieron una Comisión Asesora donde sus miembros son reconocidos dueños de laboratorios genéticos privados.
La senadora Norma Morandini (Frente Cívico-Córdoba) fue una de las más fervientes opositoras a la ley que el kirchnerismo aprobó en 2009 para avanzar con el traspaso y las limitaciones del BNDG. "Acá hay un tema que tiene que ver con el derecho universal limitado que se le impone a un ciudadano y, por otra parte, se vislumbra un gran negociado de laboratorios privados".
Llego a la conclusión, que no requiere mucha inteligencia ni perspicacia, que los derechos humanos, el banco genético, la Anses, los subsidios, los trabajos públicos, las cotizaciones de títulos, las apropiaciones de empresas y terrenos, la instalación de salones y máquinas de juegos, el impuesto a las ganancias, los convenios secretos con ciertos empresarios, la radicación de empresas industriales en el sur, el mantenimiento del millonario deficit de Aerolíneas Argentinas, los arreglos con Repsol, con el Club de París, el default, todo constituye el gran negociado de un gobierno corrupto en su ambición desmedida de amontonar riquezas, siempre al costo de la pobreza e indigencia de sus habitantes. Lo saludo muy atentamente,
Silvio Pizarro