Señor Director:
El artículo del prestigioso periodista Pablo Sirvén publicado en vuestro diario el martes 2 de julio, hace trizas el relato y el revisionismo histórico de Cristina Fernández de Kirchner.
Las palabras de la Presidenta parecieran un intento subliminal de menoscabar al personaje que finge enaltecer.
En efecto, deja al descubierto la falsedad e hipocresía de Perón al condenar éste, el comportamiento de la Corte Suprema de Justicia ante movimientos revolucionarios en los que él mismo participó. Además, ¿Qué necesidad de mencionar el estupro del Dictador? Lo escondieron años y años, gobiernos y gobiernos, por un sentido colegiado presidencial que incluye a Frondizzi, Alfonsín y de la Rua, tres radicales. Hubo censura total, servilmente acatada por todos los estamentos sociales sin distinción, que jamás mencionaron este delito sexual del General "cuánto valés". Lo mismo sucedió con sus incenciarios discursos y su protagonismo debidamente comprobado del incendio a La Prensa, La Casa del Pueblo, La Vanguardia, el Jockey Club, comités políticos y más de 20 iglesias. Estamos presenciando la condena de la pedofilia que llega hasta el Vaticano y participamos activamente de la protesta contra esta lacra social. Sin embargo se pone un biombo piadoso al estupro de un degenerado porque fue presidente. Traigo esto a colación para que se interpreten propiamente las intenciones de las palabras que pronunciara la Presidente, en un ficticio y bastardo homenaje a Perón. Saludo a Ud. atentamente,
Las palabras de la Presidenta parecieran un intento subliminal de menoscabar al personaje que finge enaltecer.
En efecto, deja al descubierto la falsedad e hipocresía de Perón al condenar éste, el comportamiento de la Corte Suprema de Justicia ante movimientos revolucionarios en los que él mismo participó. Además, ¿Qué necesidad de mencionar el estupro del Dictador? Lo escondieron años y años, gobiernos y gobiernos, por un sentido colegiado presidencial que incluye a Frondizzi, Alfonsín y de la Rua, tres radicales. Hubo censura total, servilmente acatada por todos los estamentos sociales sin distinción, que jamás mencionaron este delito sexual del General "cuánto valés". Lo mismo sucedió con sus incenciarios discursos y su protagonismo debidamente comprobado del incendio a La Prensa, La Casa del Pueblo, La Vanguardia, el Jockey Club, comités políticos y más de 20 iglesias. Estamos presenciando la condena de la pedofilia que llega hasta el Vaticano y participamos activamente de la protesta contra esta lacra social. Sin embargo se pone un biombo piadoso al estupro de un degenerado porque fue presidente. Traigo esto a colación para que se interpreten propiamente las intenciones de las palabras que pronunciara la Presidente, en un ficticio y bastardo homenaje a Perón. Saludo a Ud. atentamente,
Silvio Pizarro